La Oración Diaria de la Madre Teresa

Madre Teresa de Calcuta

La Madre Teresa buscó inspiración en la oración diaria durante toda una vida de devoción y servicio católico. Su beatificación como Beata Teresa de Calcuta en 2003 la convirtió en una de las figuras más queridas de la Iglesia en la memoria reciente. La oración diaria que recitaba recuerda a los fieles que, amando y cuidando a los más necesitados, se acercarán al amor de Cristo.

¿Quién era la Madre Teresa?

La mujer que finalmente se convertiría en una santa católica fue Agnes Gonxha Bojaxhiu (26 de agosto de 1910 - 5 de septiembre de 1997) en Skopje, Macedonia. Se crió en un hogar católico devoto, donde su madre invitaba frecuentemente a los pobres e indigentes a cenar con ellos.
A la edad de 12 años, Agnes recibió lo que más tarde describió como su primer llamado a servir a la Iglesia Católica durante una visita a un santuario. Inspirada, salió de su casa a los 18 años para asistir al convento de las Hermanas de Loretto en Irlanda, adoptando el nombre de Hermana Mary Teresa.
En 1931, comenzó a enseñar en una escuela católica en Calcuta, India, centrando gran parte de su energía en trabajar con niñas en la empobrecida ciudad. Con la profesión perpetua de los votos en 1937, Teresa adoptó el título de "madre", como era costumbre. La Madre Teresa, como ahora se la conoce, continuó su trabajo en la escuela, llegando a ser su directora.
Fue un segundo llamado de Dios que la Madre Teresa dijo que cambió su vida. Durante un viaje a través de la India en 1946, Cristo le ordenó que dejara de enseñar y que sirviera a los residentes más pobres y enfermos de Calcuta.
Después de completar su servicio educativo y recibir la aprobación de sus superiores, Madre Teresa comenzó el trabajo que la llevaría a fundar las Misioneras de la Caridad en 1950. Pasaría el resto de su vida entre los pobres y abandonados en la India.

Su Oración Diaria

Ese espíritu de caridad cristiana impregna esta oración, que la Madre Teresa rezaba diariamente. Nos recuerda que la razón por la que nos preocupamos por las necesidades corporales de los demás es que nuestro amor por ellos nos hace desear llevar sus almas a Cristo.
Al recitar esta oración diaria, la Beata Teresa de Calcuta nos recuerda que los cristianos deben actuar como Cristo lo hizo para que otros no sólo escuchen Sus palabras sino que lo vean en todo lo que hacemos.

Fe en la acción

Para servir a Cristo, los fieles deben ser como la Beata Teresa y poner en práctica su fe. En el Triunfo de la Conferencia de la Cruz en Asheville, N.C., en septiembre de 2008, el P. Ray Williams contó una historia sobre la Madre Teresa que ilustra bien este punto.
Un día, un camarógrafo estaba filmando a la Madre Teresa para un documental, mientras ella cuidaba de algunos de los más miserables de los pobres de Calcuta. Mientras limpiaba las llagas de un hombre, limpiando el pus y vendando sus heridas, el camarógrafo dijo: "No haría eso ni aunque me dieras un millón de dólares". A lo que la Madre Teresa respondió: "Yo tampoco".
En otras palabras, las consideraciones racionales de la economía, en las que toda transacción debe poder monetizarse, dejan atrás a los más necesitados: los pobres, los enfermos, los discapacitados, los ancianos. La caridad cristiana se eleva por encima de las consideraciones económicas, por amor a Cristo y, a través de Él, al prójimo.